Sobre la bodega y los vinos

La historia de nuestra familia gira en torno a los lazos. Lazos con las generaciones anteriores que han recorrido valientemente el camino allanado por la visión del fundador; lazos con nuestro territorio, con el que compartimos orgullosamente historia y antiguas tradiciones y, por último, lazos con todas las mujeres y hombres que durante casi 150 años han contribuido con su trabajo y dedicación a hacer todo esto posible. En concreto, nuestra historia comienza en 1875, cuando Vito Curatolo Arini decidió construir una bodega en medio de sus viñedos de Marsala. Desde el principio, se centró en la calidad del producto, el desarrollo hacia mercados extranjeros y la extrema atención al envasado. Gracias a la colaboración de expertos comerciales, el fundador consiguió explotar el potencial de sus viñedos e inició la producción de Marsala. En el siglo XIX, la bodega se expandió internacionalmente y se convirtió en una de las primeras empresas exportadoras de Marsala que enviaba vinos a Europa y América. Las numerosas metas alcanzadas demuestran nuestra buena capacidad empresarial y la excelente calidad de los productos. En 1896, tras la muerte de Vito, la bodega pasó a manos de sus sucesores, que han sabido difundir con orgullo el nombre de la empresa y sus productos de calidad. Hoy, nuestra bodega sigue produciendo Marsala siguiendo antiguas tradiciones y vino de mesa con uvas autóctonas que explotan todos los caracteres y sabores únicos de los terruños sicilianos. El éxito obtenido a lo largo de los años sigue haciendo de la empresa Curatolo Arini uno de los primeros exportadores de vino del país.

Nuestras uvas se cultivan en Sicilia y apostamos por los terruños que expresan lo mejor de cada variedad específica. Producimos vinos tranquilos tintos y blancos que explotan todos los caracteres y sabores únicos de las siguientes uvas sicilianas: Nero d'Avola, Syrah, Grillo, Inzolia, Catarratto, Zibibbo e Nerello Mascalese. Además, producimos Marsala aprovechando las mejores uvas del terruño.