Fattoria Lavacchio

Reserva una experiencia

Sobre la bodega y los vinos

La historia de la granja se remonta a 1700, cuando fue construida por la familia Peruzzi'. En 1800 pasó a manos del marqués Strozzi Sacrati de Mantua y finalmente, en 1978, a los actuales propietarios los hermanos Lottero, procedentes de Génova y siempre amantes de la Toscana, que emprendieron una restauración completa que permitió la recuperación de la producción. Desde entonces la finca ha conservado las mejores tradiciones de granja dedicada al cultivo y producción de vino y aceite ecológicos, combinando los antiguos métodos artesanales manuales, con las técnicas más modernas. En el parque de la casa solariega hay un cedro centenario del Líbano de más de 250 años, que se convirtió en el símbolo de la finca.

La finca está situada en la cima de la colina de Montefiesole, a 450 metros sobre el nivel del mar, a sólo 18 km de Florencia, es una típica empresa familiar, rodeada por la encantadora sucesión de colinas onduladas cubiertas de olivares y viñedos, situada entre las localidades de Sieci y Pontassieve. Entre las explotaciones agrícolas de la zona del Chianti Rufina, la finca Lavacchio ha sido la primera en adherirse a los programas de producción ecológica; surgió de la filosofía que siempre ha perseguido la empresa: armonizar sus actividades con el equilibrio establecido por la naturaleza. La producción de vino, aceite de oliva, trigo y productos de huerta verde de la empresa se realiza con el uso exclusivo de materia orgánica para el gobierno de las plantas; pedimos a la naturaleza su colaboración y, para contrastar la agresión de parásitos nocivos, favorecemos la conservación de un hábitat en el que puedan prosperar animales antagonistas de las propias plagas; para controlar a tiempo la presencia de enfermedades, se han colocado en adherencia a los viñedos, cientos de rosales, particularmente sensibles a determinadas enfermedades. La agricultura biológica se lleva a cabo con la utilización de medios modernos de transformación y de acuerdo con los conocimientos actuales, en el pleno respeto del equilibrio, que es el único uso correcto de la tierra por el hombre.